Historia de "Los Arcos"

El antiguo acueducto de los Remedios y sus respiraderos llamados coloquialmente Los Caracoles, situados en el municipio de Naucalpan de Juarez, Estado de México, quedaron perdidos entre el vandalismo, la modernidad y la urbanidad, desafortunadfdamente deteriorados por el paso del tiempo

Estas antiguas obras arquitectónicas monumentales, que datan de los siglos XVII y XVIII, han sido testimonio de las muchas soluciones de ingeniería hidráulica que durante los últimos siglos han intentado abastecer de agua a  La Ciudad de México.

Su origen data de 1616, cuando el virrey Diego Fernández de Córdoba ordenó la construcción de un sistema que llevara eficazmente el líquido al santuario de los Remedios y a las comunidades aledañas, pues estaban situadas en una de las zonas altas del poniente de Naucalpan.

La solución consistió en una tubería subterránea de tamaño monumental y en dos respiraderos escalonados, actualmente conocidos como los 'Caracoles', los cuales estaban encargados de sacar el aire y tenían 23 metros de altura y un diámetro de ocho metros en la base.

Sin embargo, debido a la complicada topografía del lugar, el proyecto no tuvo éxito, motivo por el cual a principios de 1765, el arquitecto Ildefonso Iniesta Bejarano inició la obra del acueducto de los Remedios; la construcción duró siete meses y terminó a finales de ese mismo año. Esta estructura tiene una distancia de 500 metros de longitud, además de que consta de 50 arcos de 2.05 m de frente por 1.7 m de profundidad y una altura máxima de 16 metros.

A esto hay que añadir que pese a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cuenta con una Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, encargada de la conservación, restauración y protección del patrimonio histórico inmueble, no se ha implementado un programa formal para la restauración y conservación de estas obras arquitectónicas, que a más de 300 años de su construcción permanecen perdidas entre el graffiti, el tránsito vehicular y cientos de casas.